«lugar de justa calumnia, leuantando·se con gesto muy rigoroso de·la silla del juyzio sacerdotal, con rostro muy turbado començo de dezir al cordero sin manzilla que delante d·el estaua tan pasciente y humilde. Ninguna cosa respondes a·lo que aquestos contra ti testifican? Mas el piadoso señor callaua, como staua d·el prophetado. O rabia desesperada. O malicia pozoñosa, llena de resalgar y venino. buscaua el scelerado verdugo,»