«de lebroso, y como llagado y humillado por Dios. E es cosa muy cierta que el fue herido por nuestras maldades, e muy maltratado por nuestros pecados. y tenia el rostro quasi escondido de muy maltratado, por lo qual no le tuuimos en ninguna reputacion: mas puede se pregonar por muy verdadero, que fue el, el que leuo nuestros dolores, y çufrio todos nuestros trabajos. Deuemos por·ende nosotros con estudiosa»