«con estudiosa diligencia guardar, que no escupamos con·los judios el sacratissimo rostro del saluador de nuestra salud. lo que puede acahescer al christiano en muchas maneras. La primera, como scriue Jeronimo, aquel escupe y ensuzia el rostro del redemptor, que manzilla su limpia consciencia con viles obras, y torpes cogitaciones: ca Dios tiene por silla suya la sancta y esclarescida consciencia: en·la qual resplandesce su faz, a·saber es»