«callar con buena consciencia en aqueste passo, los desordenes y desuergonçamientos que andan hoy entre los christianos? y lo que mucho peor es y lleno de scandalo, que mas lo platican los que deuian rigidamente castigar y punir. No vemos ya hombre alguno sin cabellera: y aquella llena de azeytes y buenos olores: y el que tiene llano el cabello, tan tendido y concertado le trahe, que en la calle y»