«voz es muy dulçe: y muy fermoso tu rostro. y todos los otros antigos prophetas llamaron con desseo muy entrañable, diziendo. ven ya señor, e muestra nos tu rostro, tu que estas assentado sobre los cherubines. O damnados y malignos judios: endurescidos en·las tiniebras y ceguedad del pecado. maldicion sea a vosotros para siempre jamas: pues vino el que todo el mundo desseo que viniesse y vosotros le renegastes: vino,»