«vestido de nuestra carne humana y mortal. y nadi no ponga duda que hasta el juyzio final, en·los que se bautizaran esta siempre presente la sanctissima trinidad ahun que sea inuisible: pues ende se inuocan tan notoria y conoscidamente todas las tres personas. y por tanto plugo al eterno Jesu çufrir le velassen tan injuriosamente su rostro: como escriue Jeronimo: porque de nuestros coraçones y pensamientos quitasse la cortina de»