«presidente: repintiendo·se, ahun que infructuosamente de su maldad: boluio los treynta dineros a·los principes de·los sacerdotes y a·los ancianos del pueblo, de quien tan criminosamente los hauia tomado diziendo les: peque grauemente en vender la sangre del justo, presumiendo poder redemir·le: por el mesmo precio y pecunia que le hauia primero vendido. Mas aquesta su confession y satisfaccion no valio: por tres principales razones. La primera»