«porque muriendo por su seruicio, seamos como verdaderos peregrinos, sepellidos en su campo, conuiene saber en·la propia heredad de su tierra, en·la qual nos merco, eterna y perpetua folgança, quando por nuestro reparo derramo tan voluntariamente su sangre preciosa.§ Capitulo .xxxxij. del segundo articulo de·la sagrada passion: que se reza en·la hora de prima: el qual nos enseña las falsas acusaciones contra Jesu en presencia de»