«verdadero y piadoso señor, aquello que predicando en tu gloria y alabança dixiste a·la ferocidad del pueblo judayco. Quien de vosotros me reprehendera de pecado? quando tantos juezes con tan abierto testigo declararon tu innocencia? Y comoquier que Pilato supiesse que por inuidia le procurauan la muerte: por satisfazer y amansar en algo su rauia cruel, les dixo: empues de hauer·le por vuestro respecto emendado y corregido, le dexare.»