«reuerendissima? Quien fue aquel ministro de Sathanas, que puso las manos tan despiadadas en ti: sin dexar te yuntura ni huesso sin lesion y dolor? Tan solamente nos queda vn pensamiento, que tu que eres sol de eterna justicia, para entonces escondiste los rayos de tu claridad: porque aquellos fijos de Lucifer, exercitassen su poderio y malicia de su escuridad y tiniebras. Damos te por·ende gracias señor de tus verguenças,»