«mis entrañas: y que fuera mi alma vaso donde se recogiera. Al primer hombre dixiste señor por maldicion: con tu trabajo te procreara la tierra espinas y cardos. tu señor lo dixiste, mas tu las sentiste. crescieron las espinas en habundancia como mandaste: mas tu, o dios mio, rey de·los cielos y creador de todas las cosas, por manos de hombres impios y sanguinolentos, fueste coronado con·ellas. O glorioso»