«con tu misericordia, porque nos corones de tu gloria en tu reyno celeste. Mas creo señor que vas coronado de spinas porque la tierra de nuestro cuerpo no engendra sino pecados, los quales con sus aguijones como espinas despedaçan nuestras consciencias. O misericordioso Jhesu, y quantos hombres y mugeres se fallarian hoy, que todo su trabajo y estudio ponen en pompas: y en traher los pescueços llenos de oro, y las»