«de quantos moran en·el cielo y en·la tierra, y ante acabe mis dias siruiendo y siguiendo tu doctrina sancta catholica: pues con·el padre y con·el Spiritu sancto etcetera.§ Tan sobrada malicia concibieron los desesperados ministros ahun que gentiles, contra la persona del señor y redemptor de humana natura, que con soberano estudio pensauan, como hallassen nueuos tormentos para poder·le penar: y pareciendo·les poco el dolor»