«que no hauia dado mercedes como acostumbraua y se quexo a vozes diziendo que aquel dia era perdido: algunos amigos o seruidores le reprehendieron por que tanto daua y el respondio que ninguno deue triste partir ni descontento delante la cara del principe real. Este destruyo a Hierusalem la vez ya .v. y entro en Roma con·el triumpho puesto en·el carro con su padre y Domiciano hermano menor luego despues d·ellos encima de vn cauallo blanco»