«o almas deuotas, regadas de·la sangre de Christo, y veed el rey Salomon, con·el diadema que le corono su madre sin piadad: conuiene saber la synagoga madrastra no legitima reprochada por sus merescimientos, desestimada no emborrachada del mosto de amor diuino: mas del vizco de·la soberbia de Lucifer, de venino mortifero: y de spiritu lleno de furor y de ira. E a ti, o soberbia de coraçon humano,»