«sacrilegos, el precioso cuerpo de nuestro redemptor: y hauiendo·le penado con aquella pocion tan amarga llena de hiel: pusieron·le delante de·la cruz sacratissima: la qual segun la comun opinion yazia en·el suelo. y como la vio ante si el piadoso Jhesu, puestas las rodillas en tierra, y eleuados los ojos al cielo, segun su costumbre orando: como plaze a algunos contemplatiuos, dezia. Recibe omnipotente padre y eterno»