«puestas las rodillas en tierra, y eleuados los ojos al cielo, segun su costumbre orando: como plaze a algunos contemplatiuos, dezia. Recibe omnipotente padre y eterno Dios y señor, a mi tu muy amado fijo vnigenito, en sacrificio sin manzilla y perpetuo: por la salud de quantos se quieren saluar: lo qual siempre desee, dende que me vesti d·esta carne passible: y ahora cumplire mi voto. No te ofrezco señor»