«voto. No te ofrezco señor los sacrificios legales de·los cabrones, de·los corderos, ni de·los vezerros: mas a mi mesmo señor, el qual tu siempre conosciste y amaste, y apreciaste por tu fijo vnigenito: porque se reparen las sillas de tu glorioso reyno celeste: y no possea el infierno espantoso, tan rico despojo. Y boluiendo los ojos a·la cruz sacratissima, como esposa muy querida y muy estimada: la»