«mano: con·la qual el hijo de Dios captiuo nuestra muerte: y con ella todas nuestras miserias: como lo hizo el glorioso Augustino: y el mesmo lo dize en·el libro que scriuio de·la Contemplacion de Jesuchristo nuestro señor: donde dize. quando algun pensamiento torpe, me da vexacion: recorriendo a·las llagas de Christo hallo remedio. quando la carne me apremia: con la memoria de·las mesmas llagas, me leuanto»