«manos el rey no ge·las quiso dar: mas tiro su camino y no paro fasta llegar a Ygoalada: y ahi con·el trabajo grande pesar y enojo que hauia tomado el mal se le agrauio y la dolencia cargo tanto que las señales de·la muerte començaron a·le ahincar y a fazer le saber que su fin se allegaua. Reconocio entonce el magnanimo rey que a·cuentas era llamado: y fuerça era de venir ante»