«a el: y ofreciendo le aquella amarga y acetosa pocion del vinagre, diziendo. Si tu como dizes eres rey de·los judios: salua ahora a ti mesmo. Mas el glorioso Jesu hecho, segun reza el Psalmista, como hombre que no oye: y que en su boca no tiene reprehensiones: siempre callo, como cordero puesto delante del tondidor. O pasciencia marauillosa, digna de ser reuerida, y mucho mas de ser ymitada. O»