«que no oye: y que en su boca no tiene reprehensiones: siempre callo, como cordero puesto delante del tondidor. O pasciencia marauillosa, digna de ser reuerida, y mucho mas de ser ymitada. O benignidad muy mansueta: con·la qual enseñando nos por enxemplo, de posseer nuestras almas en·los trabajos. condempno y declaro a·los malditos sacrilegos por fijos de Lucifer. ca assi como el diablo al tiempo del ayuno en·»