«amaua: conosciendo que ya tenia atrauessada el alma del despiadado y agudo dolor del cuchillo de su passion acerbissima. Boluio los ojos llenos de su compassion en·ella: y con gesto que pudiera quebrantar qualquier dureza de coraçon: le dixo. mujer, cata hi tu hijo. y esso mesmo al discipulo: cata hi tu madre. O benignidad diuina: o misterio lleno de piedad: ordeno el glorioso señor de no llamar le madre:»