«y en·la muerte la madre, e pues erades virgen, ordeno que en lugar d·el virgen, quedasses por fijo vos de·la virgen. Dexen ya de marauillar se, los que de pescador rustico tan supitamente os vieron tan esclarescido doctor: conosciendo que la boca de aquel artifice sobirano, que pudo perdonar los pecados, y hazer os fijo de·la reyna del cielo, pudo formar con vuestros virginales beços, aquellas tan»