«y el glorioso Augustino) en persona de·los miembros de su cuerpo mistico, que es nuestra humana natura: cuya miseria lloraua: la qual por el pecado de·los primeros padres, nuestro dios y señor hauia desmamparado: de·la qual en persona de qualquier pecador pregonaua, profetando el glorioso Dauid. Dios le desmamparo, perseguid·le y prended le: que no hay quien le socorra. En otra manera se pueden entender aquestas palabras»