«vino de·la sincera deuocion, buelto con·la mirra de·la mortiguacion de mis desseos carnales, preparado con·la hiel y amargura de·la compunccion de·la penitencia: nunca consientas que mi alma beua ni guste la acetosidad de infidelidad, o de scandalo: pues con·el padre etcetera.§ Sabiendo ya el piadoso señor y maestro, que todas las cosas que por los prophetas de su passion acerbissima estauan scriptas eran complidas:»