«mis corporales oydos, no pueda ya sentir el diuino concierto de tu melodia tan dulce? O pechos sacratissimos: sacrario donde se recoje la sauieza diuina del padre: armario lleno de todas las gracias: quien te priuo del respirar de·la vida? O manos consagradas y sobrecelestes: que con solo tocar sanauades los dolientes: y no rehusauades de piadosamente contractar los leprosos: quien vos crucifico tan cruelmente y despiadada? O pies marauillosos,»