«ciudad de homicidio: y tuuieras en muy poco hauer muerto los sanctos prophetas, si·no pusieras las manos en·el hijo de Dios: desnuda te ya los vestidos de tu alegria passada, y viste te de cilicio y ceniza. y si en ti queda algun sentimiento para te repentir: nunca cessen tus ojos de derramar fuentes de lagrimas viuas: pues mataste tu saluador. E a tu lo digo, o alma deuota, no»