«cordero Jesuchristo nuestro señor, en·el qual no se deuia quebrantar huesso ninguno. Mas por certificar·se si del todo era muerto: vno de·los caualleros que ende stauan, llamado Longino, entonces ciego, cruel y soberbio: empues conuertido en martir y alumbrado, poniendo·le vna lança en·el costado sagrado, le abrio en·el vna espantosa llaga y cruel, de·la qual saliendo sangre y agua: saltando·le d·ella algunas»