«el agua: de·lo qual hablando en·el mismo lugar el bienauenturado Augustino dize. Aquella sangre que se derramo: en remission se derramo de nuestros pecados. y aquella agua que de aquel glorioso costado salio: alimpia las manzillas de nuestras almas. y aquesto fue para demostrar, que por su passion sacratissima hauemos alcançado complida limpieza de manzillas y de peccados. de pecados por la sangre, la qual fue marauilloso precio de»