«vos, y haued merced de mi, siquiere vosotros amigos mios, pues la mano del señor me ha tocado. Entonces el glorioso Johan con·los sanctos varones, vngiendo el cuerpo reuerendissimo con odores aromaticos y muy suaues, emboluieron le en aquel lienço candidissimo y puro que Joseph hauia mercado. y poniendo le en·la cabeça el sudario: le ataron por todo con bendas del mismo lienço: segun era costumbre entre los judios»