«la qual nauegamos en·el vndoso mar de·las culpas, para llegar a·la tierra de·los biuientes. donde plegue al eterno Jesu, nos reciban los merescimientos de su sancta y sagrada passion.§ Fin.§ Recelando muy altos y poderosos principes señores y reyes, con·la codicia de hauer enseñado, por tan llano estillo y deuoto, los altos misterios de·la passion sacratissima de nuestro redemptor y maestro: hauer ministrado alguna ocasion»