«era tanta que no cabia en·la ciudad ni en su tierra: ni se dauan quasi vez los vnos a·los otros. Passadas las tantas fiestas los reyes començaron de tratar de sus ligas: y reconoçidas mejor las cartas de·los mensageros de Portugal porque vieron el gran poder que del rey de Portugal trahian pusieron los en·los fechos: y despues de mucho meneados y afinados los reales negocios cayeron en·esta concordia. Que assentaron»