«fasta el fin de·la vida, e termino puesto por Dios padre: el qual termino ninguno podra passar. E entonce desfallece e cahe: e realmente faze sonar las campanillas. Vela pues e espera con prudencia el caso de tu vida: ca tu reloie pocos grados ha de passar. Ca toda hora passa muchos grados: e luego que viniere al fin: cahe subitamente en·el abismo de·la muerte. Oye lo que»