«de su primo el excellente don Corrardino reclamaua y daua vozes contra el rey de Napoles y contra los suyos: porque tan injusta y tan crudamente le hauian justiciado: a·la qual el principe mananimo respondio y mucho como catholico: que estaua no solo aparejado mas contento y alegre en recebir aquel dia la muerte: en que el fijo de Dios la recibio por nosotros: toco le en·el coraçon esta palabra a·la cristianissima reyna»