«y el perdimiento d·aquel la final destruccion del esperante. E si la apassionada señora d·amor digna con las femjnjles fuerças al asaute d·amor no pudiendo resistir, la muerte voluntariamente desea. Paresce d·aquello ser causa la perdida sperança, que del todo denjega a los remedios que vos assignays, diziendo que sobrara las guardas con agradables plazeres e adquerra aquellos con liberales actos o con dissimulados enganyos tirar les la vida. Mas»