«la gente aya miedo, e sy por ventura viene delante d·el, non les fable, mas antes que aya menester trujaman para ellos. Non sea muncho domestico nin priuado con sus ricos honbres, ni con sus caualleros, porque no le menospreçien e menguen de su valor, que es el rey asy como el sol, que el honbre non conosçe su valor fasta que se asconde su claror. E dizen los sabios:»