«de nuestros cuerpos: e lieua nos saluos al lugar e posada por nos deseada. El escudero oyendo estas palabras pregunto al cauallero. Señor supplico te que cosa te mueue a tan deuotamente rogar e supplicar. Respondio el cauallero: como non sabes tu lo que es a todos manifiesto? Agora avemos de passar vn rrio de grand virtud e marauilla: en·el qual si alguno entrare que en aquel dia aya mentido: non puede»