«rudedat suya que le enbarga o vieda cojer la mançana de tanto preçio. E asy toma los verdaderos prinçipios e cognosçe las çiertas fines. E despues presenta aquesta mançana al su enseñador o maestro que tiene lugar de rey cerca d·el rigiendo·lo. E esto faze por que lo ratifique e aprueue alunbrando o esclareçiendo. Por ende toda la region de·los aprehendientes faziendo creçer el su deseo e asegurando la su esperança. Este fablar»