«nin pensamiento como deuda. Vn ojo ha verguença d·otro. La oreja es enbudo del coraçon, el coraçon es atalaya del cuerpo. Lo que es bueno al figado, es contrario a la melsa. Dixeron al çiego: tu casa se quema; e dixo: ojos que lo viesen. § .lxiii. franqueza e la nobleza, son rios, quando Dios es posado aqui donde se ayuntan. Sy no por las grandes marauillas de»