«avn quiso Dios con nosotros de tal potençia husar. Antes libre la nuestra voluntat dio poder de scoger aquella que mas agradable fuese al querer suyo. Y pues sin costrenjmjento quedamos: y nuestro apetito por no tener lugar çierto qujere y no qujere cadaldia mil cosas: como presumjs vos que solo palabras fuesen sufiçientes de defender ni qujtar lo que natural condiçion jnclina a fuerça? De otra parte no me maraujllo por que todas las cosas»