«quasi ofendemos la excellencia de aquellas: do la pendola pues del Hieronimo reçela y teme tanto de tan escassa llegar: quanto mas llegara escassamente la pendola mendiga de otro qualquier escriptor? Discrecion luego fue grande: y mesurado comedimiento el de nuestros claros antecessores: que tanto vimos que emperezaron en començar sus illustres y tan excellentes coronicas: reconocieron bien como el Hieronimo reconoçio quan reduptable la magestad de·los fechos diuinos es: y quanta reuerencia»