«a nuestro Señor por la tamaña merçed que fecho les hauia: y en especial en les embiar aquel marauilloso cauallero que tanto los auia esforçado y derribado sus enemigos. Luego en amaneciendo embio el rey sus descubridores a saber como y donde se auian escondido los moros: que ningun sentimiento de su fuyda tomaron ni quisieron de ligero mouer se por mas que algunas señales hauia que mostrauan gran parte de·la verdad: pero por los engaños»