«virtuoso principe, e como posseydor de tan singular dono desposseydo, sin esperança de recobrar, e desolado d·una compañera tanto a vuestros plazeres dispuesta, a vuestras condiciones conforme, e a vuestro bien conuenible, non comunas, mas estranyas e nueuas lamentaciones seguit, ca por cierto, en comparacion de tanto danyo, qualqujer sentimjento de pena menor que muerte es pequenyo. Dole·os los parientes de·la real flor de lis,»