«la ciudat de Tarragona el qual iua mente mercantiuol. E por cierto segun dize aquel no dudaua de danyo alguno del dicho Alonso por ser aquel vassallo del serenissimo rey de Castilla nuestro carissimo fijo. Los subditos del qual con los nuestros son e deuen ser como ermanos attendido el deudo que es entre nos y aquel el qual ha de succehir depues de nuestros beneuenturados dias en estos nuestros reynos. E con todo creyemos que en sabendo»