«hauer mucho encareçido la excellencia fermosura y nobleza de·las yslas boluio las nueuas al serenissimo y poderoso rey y començo a·le poner muy adelante que tanta razon quan entero derecho y creçida causa obligauan su alteza a·las deuer conquistar: y no solamente por las tener tan a mano que a gran cargo suyo pareçia que las possehian infieles y las mandauan los enemigos de Dios: mas ahun por las sobradas injurias por los agrauios y daño»