«contradicion, e donde la contradicion la pena, e donde la pena la confusion que dentro sus sentidos que haya ningun remedio la consiente dar orden, no ayudada pues a sus plazeres mas esforçada a sus passiones, non consejada del seso mas menaçada del temor, llamaremos a esta si mis razones mirays que d·amor se sigua desseo, e del deseo passion como dezis, puesto que en parte amor entrerompa tal orden no me,»