«principe y conde nuestro que no consiente razon que con tan pocos caualleros fuesse vn señor tan grande a empresa tan principal y famosa como fue la de entonces: serian luego a mi parecer y juyzio y segund razon lo consiente obra de mil caualleros y quiça dos mil y mas los que con·el principe nuestro se fallaron: fue pues la ciudad assi por mar como por tierra tan apremiada y puesta en estrecho: fueron tantos los»