«era tan sin medida que sus mudanças y llantos mas me desfiguraron que no la trabaiosa vida passada: sallian de sus bocas vnas encendidas llamas tan grandes y con tal gana resuffladas que sino que lo vehia no lo puede consentir a verdad: concluyendo que de·los infernales fuegos que de sus oios y oreias sallian la escuridad de·la noche en grande claridad tornaron: y la fuerça d·este su gran resplandor no me dexaua auer entero»