«la muerte. Lloran los tristes dan vozes al cielo reclaman se a Dios: do fallecen fasta los debdos naturales fallece la patria y la propia ciudad: suple la magnificencia real del clementissimo rey: no puede el magnanimo coraçon del rey sufrir tanta crueza: vence·se su virtud abren se las entrañas de su clemencia real: y dize que nunca plega a Dios que contra niños y mugeres se demuestre gran guerrero: que el no»